El bosque
sintió la brisa
era una brisa distinta.
Las hojas levitaron imperceptiblemente sobre el suelo
sobre el musgo
sobre las raíces
sobre las pesadas emanaciones de vida, el flujo eterno del bosque
el poder milenario de los árboles esmeralda.
Algo había cambiado.
El bosque lo sabía.
Reconoció su brisa.
Reconoció el efecto que causaba sobre las hojas.
La madreselva se detuvo.
El bosque comprendió.
Ella había regresado,
después de tanto tiempo,
tras la nieve
tras el florecimiento y la huida de tantos ciclos
tras la sucesión de tantas lunas.
Una vez más, el bosque sentía su cálida presencia.
Ángel de Alabastro
-
mi Ángel de Alabastro
en Ti todo principia y todo acaba
y no hay en este mundo sino partes de Ti,
oh gran señor del yelmo que refulge.
no existe más morada
...
Hace 12 años
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