Un chasquido a su izquierda.
Murmullos de los sueños vagabundos.
Paul se mantuvo alerta.
Sintió un aire cálido a su lado y después la caricia de una gélida brisa.
Se volvió y el mago estaba ahí, a su lado, salido de la nada. En su capa se reflejaba extrañamente el perfume de la luna.
Vaciló.
- No te muevas, chico, alguien nos observa.